Imposible catalogar, definir al libro Mantra,
de Rodrigo Fresán. Es extraño, incompleto, inconexo, fragmentario, extenso. ¿Es
una novela? ¿Son muchas? ¿Son innumerables cuentitos de diferente extensión,
que comparten ciertos rasgos? ¿Son sueños? ¿Son divagaciones literarias,
metafísicas, reflexiones sin sentido, ironías, chistes, juegos de palabras, o
alguna otra cosa?
Lo
que permanece, pervive, en la mayoría de los “fragmentos” de este libro es:
-Un narrador tumoral, alucinógeno, obsesivo, muerto, habitante de
Mictlán, el inframundo mexicano, quien observa por un televisor marca Sonby
desde su infierno personal (acompañado por Joan Vollmer, quien en vida fuera
mujer de William Burroughs) escenas que transcurren en Tenochtitlán (a.k.a.)[*]
México D.F. (a.k.a) Ciudad de México (a.k.a.) Distrito Federal (a.k.a) D.F.
(a.k.a.) Nueva Tenochtitlán del Temblor.
-Una familia: la todopoderosa familia Mantra, del D.F., dueños del
imperio de cine y televisión MantraVisión, productores de innumerables y
exitosas telenovelas mexicanas; sus principales miembros son Lupita Delmar y Carlos
Carlos, padres de Martín Mantra, un joven prodigio cinematográfico devenido
guerrillero armado sin más sentido que el de lograr la película total, que
abarcara absolutamente todo, denominada Mundo Mantra; Martina Mantra, nadie
habla de ella. No existe. Nunca existió; Max Mantra, el abuelo de Martín
Mantra, fundador de la dinastía, mafioso, conservador, orgulloso, presunto
asesino de Kennedy; Mamabuela Mantra, la mujer de Max; María-Marie, prima de
Martín Mantra; Jesús Nazareno y de Todos los Santos Mártires en la Tierra
Fernández (a.k.a.) Black Hole (a.k.a.) Mano Muerta, ex luchador enmascarado,
existencialista y cineasta, no forma parte de la familia, pero es empleado por
Max Mantra luego de sufrir una lesión y no poder continuar con su pasión: la
lucha libre.
-Una remitente, una segunda persona, María-Marie Mantra, semi amnésica,
mitad mexicana mitad francesa, quien fuera pareja en vida del narrador,
perteneciente a la familia Mantra (aunque no lo recordara, y sus filiaciones
fueran cuestionables).
-La ciudad de México, obviamente. Una ciudad descolocada, en la que
transcurren episodios inconcebibles y
muchas veces verdaderos (o basados en historias reales).